HACIA UN AULA VIRTUALIZADA
Concebimos un aula virtualizada como aquella clase que incorpora en su actividad educativa la presencia de cualquier tipo de elementos virtuales fruto del uso de la tecnología de la información y la comunicación, integrando de manera normalizada la presencia o la representación del ordenador en el aula.
Por virtualización entendemos como un proceso progresivo de incorporación de la tecnología en la clase; naturalmente, cuanto mas fácil sea su acceso a ella mas avanzada estará una clase o un centro en este proceso.
Lo más importante en esta incorporación es organizar un plan de trabajo sistemático con los alumnos que evite el uso anecdótico y parcial de la tecnología y la relegue a usos marginales o monotemáticos. Contar con un aula virtual(izada) supone variar un poco la concepción e integrar la tecnología en la clase de manera que dicho medio ofrezca al profesorado la posibilidad de plantear un conjunto de actividades de aprendizaje útiles y relevantes para los alumnos.
En resumen, cuando hacemos referencia al concepto de <<aula virtual (izada), pensamos en un conjunto de actividades de enseñanza y aprendizaje con un alto ingrediente comunicativo, por lo que se requieren la conexión a la red y las posibilidades educativas que dicha conexión proporciona. Concebimos un aula virtual (izada) como aquella que aprovecha dentro de la clase y sus diferentes modalidades los recursos que proporciona Internet y que, en un momento dado, puede liberar e incluso espacial en el periodo de realización de las actividades de clase. Hablamos de aula virtual cuando nos centramos en la actividad exclusivamente virtual y en su marco telemático de desarrollo y, sobre todo, cuando miramos desde ella la globalidad de la acción educativa. Y aula virtualizada si nos situamos en el aula convencional que incorpora un aula virtual en cualquiera de sus modalidades, pero que cuenta con otros recursos que también la caracterizan (biblioteca, pizarra, video, murales, etc.)
Las repercusiones de la ampliación que proporciona un aula virtual se extiende en cuatro direcciones:
Temporalmente, cuanto tarda el tiempo educativo puesto que no se debe ceñir a las horas de clases.
Geográficamente, cuanto se ensancha el radio de la acción educativa, dado que puede llegar a alumnos dispersos por territorios cercanos o lejanos.
Cognitivamente, atendiendo las habilidades que docentes y estudiantes pueden desarrollar de manera diferente con el uso de procesos facilitados por la tecnología.
Relación con los recursos, puesto que tanto alumnos como profesores pueden disfrutar de un conjunto casi ilimitado de fuentes documentales de todo tipo.
A pesar de esta pronunciada extensión no se pretende cambiar la configuración básica de una clase ordinaria.
En términos generales, lo que aporta un aula virtual es esta extensión propia de la a sincronía aplicada a los procesos educativos y las posibilidades de flexibilización de itinerarios personales y el desarrollo de capacidades de tipo exploratorio, procesual y de visualización. Siguiendo el hilo de los requerimientos necesarios para plantear y desarrollar actividades virtuales, distinguimos tres fases en la exposición de diferencias
§ Fase 1. Requisitos previos: en cuanto a la presentación de la información en una clase convencional, acostumbra a ser principalmente oral, apoyándose en alguna imagen o esquema, mientras que la presentación de la información en un contexto electrónico acostumbra a ser escrita y utiliza también gráficos e imágenes.
§ Fase 2. Actividades e interacción: siguiendo el canal comunicativo, la relación didáctica establecida entre profesor y alumnos en un entorno presencial y virtual también sigue los estándares mercados anteriormente.
§ Fase 3. Seguimiento y evaluación: se trata de propuestas puntuales y localmente dispersas a lo largo de la secuencia educativa, puesto que no están aglomeradas por ningún soporte físico común como puede suceder en las propuestas basadas en el trabajo en la red, donde la clasificación y la relación entre alumnos puede ser visualizada con facilidad. En el entorno virtual existe la posibilidad de registrar las acciones que realiza el alumno a lo largo de su proceso de aprendizaje, lo que ofrece datos al profesor para poder hacer un seguimiento ajustado.
