ENSEÑAR Y APRENDER EN LA RED

POCO ES COMO SE HABÍA PENSADO
Estamos en la escuela del siglo XXI y poco ha resultado ser como lo habíamos pensado hace unas décadas. La era industrial ha dado paso a la era informacional y la escuela basada en los estándares de la producción esta llamada a ser la escuela basada en la información y en el conocimiento. La escuela ha sido relativamente poco permeable a los cambios tecnológicos sufridos en su entorno inmediato y no ha acogido con los brazos abiertos a innovaciones que la tecnología le proporciona, lo cierto es que la tecnología es su expresión mas moderna ha ayudado poco al desarrollo escolar.
La relación de amor-odio que han establecido muchos profesores con la tecnología ha acabado cautivando a algunos, pero ha decepcionado a otros, también a muchos de los que estaban convencidos de su uso en la escuela. Y es que después de las esperanzas que se tenían puestas en la tecnología, esta no ha sabido hacerse un lugar cómodo en los centros escolares. Por un lado, los defensores de la tecnología, después de utilizarla unos cuantos años, no ven cubiertos muchos de sus objetivos, si no realizan antes un enorme esfuerzo del que se les prometía estar exentos si invertían en su socio tecnológico. A estos profesores les parece que este no era el pacto y, en realidad, no lo era. Por otro lado, los profesores más detractores de la tecnología o, cuanto menos, los indiferentes al cambio han experimentado que pueden seguir haciendo buenas clases sin recurrir para ello a la tecnología en sus propuestas didácticas.
Parecía que no mas tarde de finales del siglo pasado la tecnología supliría al profesor en sus tareas docentes y esta ha sido uno de los miedos sostenidos que no han ayudado a la normalización de dicha relación (Abbott, 2001). Pero la actividad docente y la educación, en general, no han ido por donde los procesos y las ideologías <<industrizadoras>> habían previsto (peters, 1994) y, lejos de relegar la figura del profesor, las actuales corrientes psicopedagógicas le dan un carácter renovado en la misma columna vertebral de la educación.
Ante los planteamientos actuales sobre si se esta configurando una nueva pedagogía, pensamos que lo que ha sucedido, una vez mas, es producto de los movimientos imperantes en el sistema social en la actualidad. En términos generales, nos hemos preocupado mas en <<clonar>> que en crear algo realmente nuevo. Queremos decir que muchas de las supuestas innovaciones educativas que se han realizado en la red, por ejemplo, han sido una copia bastante exacta de algo que, en realidad, ya existía en el ámbito educativo (Cuban, 1986) y que, de manera estricta, no precisa de un nuevo entorno que puede complicar mas la tarea docente.
Existe un cierto rechazo a asumir el conocimiento como algo simplemente <<adquirido>> (Anderson, 1983), en el sentido de ser comunicado por el profesor y asumido por el alumno, a favor de una visión constructivista en la que el aprendizaje se realiza de manera progresiva y de forma idiosincrásica a través de la distribución de sentido y de significado del saber cultural impartido.
A través de lo social el alumno puede atribuir significado personal a las acciones educativas en las que se ve involucrado y tener la oportunidad de recibir feedback y aportar reflexión a sus propias acciones y decisiones. La visión que se defiende tiene un alto componente social y cognitivo al mismo tiempo, en una combinación articulada de factores pertenecientes a ambas vertientes. En este marco articulado, representamos <<lo social>> mediante el uso de agentes, medios e instrumentos culturales entre los que destacamos la guía del profesor y la mediación de la tecnología, y manifestamos <<lo cognitivo>> entendido como el proceso de interiorización particular del conocimiento del alumno.
Podemos concluir que el actual foco de atención no es tanto que tipo de aprendizaje se produce con la ayuda de la tecnología como el modo en que se desarrolla este aprendizaje para que se lleve a cabo según las directrices actuales derivadas de la investigación psicopedagógica, así como también la detección de sus particularidades para proponer actividades de enseñanza y aprendizaje acordes al nuevo medio.